El
crucero, una opción turística tradicionalmente familiar, basa una
parte importante del éxito en sus ofertas gastronómicas. Las
empresas líderes trabajan día a día para garantizar una buena
oferta culinaria, basándose en factores básicos como la calidad de
la materia prima, la variedad de platos y productos, y un servicio lo
más cómodo y personalizado posible. Todas ellas posen equipos de
cocina propios que se organizan para dar de comer en altamar a lo
que podría considerarse una pequeña ciudad.
La
última tendencia son los cruceros temáticos orientados a la
enogastronomía, trayectos en los que los pasajeros más exigentes
asisten a conferencias de prestigiosos cocineros, clases de cocina,
degustaciones e inclusos catas de vinos.
Pese a tener un lugar consolidado dentro
del mercado, el mundo del crucero no para de evolucionar y de buscar
nuevos servicios que hagan del turismo por mar una oferta lo más
atractiva posible. Lo que hace algunos años se consideraba una
opción de turismo de lujo, hoy en día se ha extendido a todos los
estratos sociales, y si bien continúa habiendo cruceros de gama
alta, también es cierto que la oferta se ha ampliado para adaptarse
a todo tipo de consumidores y de bolsillos. Y, sin duda, una de los
factores que más se tiene en cuenta, es el de la restauración. No
es ningún secreto que uno de los aspectos que más valoran los
viajeros es el de la alimentación, tanto en los cruceros más
lujosos como en los económicos. No sólo por lo que respecta a la
calidad de los productos, sino también a otros factores como el
servicio, los horarios o la variedad; y ello implica un esfuerzo por
parte de las empresas especializadas, que en lugar de optar por
simples servicios de catering prefieren estructurar departamentos
propios, específicamente dedicados al diseño, no sólo de los menús
y de las cartas, sino de toda la infraestructura que ha de hacer
posible el funcionamiento de esta oferta gastronómica en alta mar.
“La
gastronomía, así como el servicio al cliente son dos de los pilares
de la oferta a bordo de nuestros cruceros”, explica Erick Davaille,
director de compras de hoteles de Pullmantur, una de las empresas
líderes del sector. Gestionar diversos restaurantes dentro de un
mismo barco, de hecho, no es fácil, y no se trata solamente de
adquirir buenos productos, sino de tener un buen grupo de
profesionales que trabajen en la misma dirección. La mayor parte de
las compañías trabajan con un equipo propio de jefes de cocina,
ayudantes y camareros, que en el caso de los cruceros Pullmantur, por
ejemplo, representa hasta un 38 por ciento de la tripulación total.
La compañía, de hecho, calcula que en sus barcos se pueden llegar a
cocinar unos 3.500 platos al día. Es decir, que más de una tercera
parte del personal que trabaja a bordo, se dedica exclusivamente a la
restauración, a dar el mejor servicio gastronómico posible a los
viajeros.
Satisfacer
a todos los paladares
Esta
oferta gastronómica suele ser tan amplia como las procedencias, las
edades y las necesidades de los viajeros que suelen contratar este
tipo de cruceros. Si hay una cualidad que caracterice a la
restauración de cruceros, esta es, sin duda la variedad. Nunca
falta una cocina internacional de calidad, con productos de primera
línea, pero también suele haber espacio para especialidades locales
y cocinas regionales. Habitualmente, cuanto más lujoso es el
crucero, más tipos de cocinas están representadas en sus fogones, y
más productos exóticos pueden encontrarse en sus cartas. En un
mismo crucero, además, el pasajero puede encontrar restaurantes de
diferentes categorías, desde algunos de nivel premium, en los que se
cuida mucho no sólo la comida y la carta de vinos sino también la
estética, el servicio y la decoración, hasta pizzerías, salones de
comida mejicana, cafeterías y bares con servicio de snacks para
comer algo rápido. Restaurantes en cubierta, para disfrutar de las
vistas y del buen tiempo, y otros en el interior, para resguardarse
del frío y comer en un ambiente más íntimo.
También
se pueden alternar las comidas a la carta con los tradicionales
buffets, con un simple bocado a pie de barra, o incluso con el
clásico servicio de habitaciones. Incluso los platos de los menús
suelen cambiarse de manera diaria para evitar un cierto efecto de
cansancio o de aburrimiento entre los comensales.
Cafetería
Capuccino en el MSC FANTASIA, como ejemplo, el último crucero que ha
puesto en marcha la empresa italiana MSC Cruceros. A bordo del
Fantasía, con capacidad para casi 4.000 viajeros.
Existe toda una infraestructura en movimiento capaz de dar a comer a una pequeña ciudad. “Cada producto que se ofrece a los pasajeros es tratado cuidadosamente, como por ejemplo el pan que se ofrece, horneado a bordo con la experiencia de la más distinguida boulangerie”, explica Fernando Pacheco, director comercial de MSC Cruceros. En total, en el barco existen cuatro restaurantes (especializados en comida francesa, italiana e internacional), pizzerías, cafeterías y hasta 18 bares de diferentes temáticas con servicio permanente de snacks. Incluso ofrece, para los más exigentes, un servicio de cocina VIP en el que un grupo de mayordomos personales se encargan de servir las especialidades más selectas cuando los pasajeros los soliciten desde su camarote, sea cuál sea la hora del día. Y también el tradicional té de las cinco de la tarde para los viajeros más clásicos. Un ejemplo de la amplia oferta que se requiere para cubrir la demanda de un crucero de estas dimensiones. En principio, una de las ventajas del crucero es que, por lo general, en el precio inicial que abona el pasajero, se incluye la pensión completa y el disfrute de cualquiera de los bares y restaurantes que ofrece cada barco. Existe alguna limitación, evidentemente, por lo que respecta a opciones más lujosas como el servicio de habitaciones u otros servicios VIP. En la mayoría de casos, el precio incluye el consumo ilimitado de agua y de café, pero no el de bebidas gaseosas ni alcohólicas, que se pagan a parte, ni las comidas de los restaurantes premium, si es que los hay a bordo.
Existe toda una infraestructura en movimiento capaz de dar a comer a una pequeña ciudad. “Cada producto que se ofrece a los pasajeros es tratado cuidadosamente, como por ejemplo el pan que se ofrece, horneado a bordo con la experiencia de la más distinguida boulangerie”, explica Fernando Pacheco, director comercial de MSC Cruceros. En total, en el barco existen cuatro restaurantes (especializados en comida francesa, italiana e internacional), pizzerías, cafeterías y hasta 18 bares de diferentes temáticas con servicio permanente de snacks. Incluso ofrece, para los más exigentes, un servicio de cocina VIP en el que un grupo de mayordomos personales se encargan de servir las especialidades más selectas cuando los pasajeros los soliciten desde su camarote, sea cuál sea la hora del día. Y también el tradicional té de las cinco de la tarde para los viajeros más clásicos. Un ejemplo de la amplia oferta que se requiere para cubrir la demanda de un crucero de estas dimensiones. En principio, una de las ventajas del crucero es que, por lo general, en el precio inicial que abona el pasajero, se incluye la pensión completa y el disfrute de cualquiera de los bares y restaurantes que ofrece cada barco. Existe alguna limitación, evidentemente, por lo que respecta a opciones más lujosas como el servicio de habitaciones u otros servicios VIP. En la mayoría de casos, el precio incluye el consumo ilimitado de agua y de café, pero no el de bebidas gaseosas ni alcohólicas, que se pagan a parte, ni las comidas de los restaurantes premium, si es que los hay a bordo.
La
materia prima a bordo
Surtido
de canapés en buffet libre de Pullmantur si la cocina internacional
se convierte, a menudo, en la solución más práctica para ofrecer
una propuesta culinaria de calidad y estándar a los viajeros,
también es cierto que algunas empresas hacen un gran esfuerzo por
introducir alimentos o platos característicos de aquellas zonas por
las que transita el crucero. Es el caso de Pullmantur: “Depende de
cada trayecto, pero siempre intentamos dar algún toque local a
nuestros menús. Por ejemplo, en el caso de Grecia, Italia o Caribe
introducimos algunos platos típicos, y también utilizamos algunas
recetas especificas para fiestas como Pascua, Navidad....”,
comenta Davaille. En la gran mayoría de casos, los alimentos que se
cocinarán y se consumirán durante todo un crucero, así como los
bebidas, se adquieren justo antes de zarpar del puerto de origen y se
almacenan en frigoríficos y despensas de última generación, pese a
que en algunos, sobre todo en los de más duración, sí que se
pueden aprovechar algunas de las paradas para conseguir nuevos
productos en el puerto, siempre sobre una planificación previa que
suele ser extremadamente detallada. Ello ayuda a tener disponible
materia prima fresca de la zona por donde navega el crucero. En un
crucero de unos diez días de duración y unos 2.500 huéspedes, por
ejemplo, se pueden llegar a consumir más de 70.000 kilos de
alimentos, entre los que suelen destacar sobre todo la fruta y los
huevos, útiles tanto en los desayunos como en el resto de comidas
del día.
En
la gastronomía de cada crucero también suele influir la época del
año, ya que los responsables de cocina varían ligeramente las
cartas dependiendo de la temporada, con la finalidad de disponer
siempre de los productos más frescos posibles. “Los cruceros de
MSC ofrecen una infinidad de recetas y de platos de comida italiana,
pero también aprovechan la variedad internacional, ya que se pueden
saborear las especialidades de los países que se visitan, preparados
con aromas tradicionales e ingredientes seleccionados y absolutamente
frescos”, asegura Pacheco.
Pese
a que son las mismas empresas las que se encargan de gestionar las
principales cocinas de sus buques, también hay algunas que, para
completar la oferta, mantienen acuerdos puntuales con otras
multinacionales de la restauración, que tienen su espacio propio a
bordo. Es el caso de la potente Royal Caribbean, ya que en algunos de
sus cruceros pueden encontrarse pequeños locales de otras compañías
como la de helados Ben&Jerry’s, la de las hamburgueserías
Johnny Rockets o la de las pizzerías Sorrento’s. De esta manera,
el cliente, no sólo tiene a su disposición una oferta gastronómica
de calidad, variada y divertida, sino también una serie de productos
y servicios con los que le resulta muy fácil identificarse.
Servicio
de comida full time
Otro de los factores que las empresas de
cruceros tienen muy en cuenta a la hora de planificar su oferta
gastronómica es que a bordo de sus buques las franjas horarias de
los restaurantes clásicos se difuminan. Es decir, no se trata sólo
de dar un buen servicio, sino de que este servicio funcione,
prácticamente, las 24 horas. Para ello, cada crucero combina los
horarios de cada uno de sus restaurantes, con la finalidad de que el
pasajero siempre tenga, al menos, alguna opción disponible. Baste,
como ejemplo, la distribución que se realiza en los cruceros de
Royal Caribbean. El comedor principal sirve desayunos desde las 7.30
a las 9.30 de la mañana, comidas desde las 12.00 a las 14.00, y
ofrece un par de turnos para las cenas; uno a las 18.15, para los
pasajeros con horarios más centroeuropeos, y otro a las 20.30, para
los clientes del área mediterránea. Aquellos a los que estos
horarios se les queden cortos, pueden acudir a otros restaurantes más
informales que tienen abierta la cocina desde bien temprano por la
mañana, hasta pasada la medianoche. Y para los más exigentes,
todavía existe una última opción, el clásico servicio de
habitaciones, disponible las 24 horas. En los cruceros Pullmantur,
otra compañía líder en el sector, “se sirven hasta 5 comidas
durante el día, repartidas en horario de 6 de la mañana a 2 de la
noche.”, según explica el director de compras de hoteles de la
compañía. En la mayoría de cruceros, incluso se establecen cierto
tipo de normas de “conducta” dependiendo de la franja horaria.
Para las cenas del comedor principal, por ejemplo, se exige una
vestimenta más elegante, mientras que en el resto de comidas o de
restaurantes, se acepta una ropa mucho más informal. Además,
dependiendo de cada crucero, suelen establecerse cenas de gala o
temáticas a disposición de todos los viajeros. Algunas empresas
incluso contemplan la posibilidad de organizar cenas o fiestas para
grupos amplios o reducidos.
Menús
adaptados
Surtido
de postres que se ofrece en los restaurantes de Pullmantur la
amplitud horaria se debe, en gran parte, al hecho de que en un mismo
crucero suelen reunirse pasajeros de muy distinta procedencia, con
hábitos y costumbres muy dispares, que comparten tiempo y espacio
durante una cantidad considerable de días. Y la misma atención que
las compañías prestan al tema horario también la tienen de prestar
a las diferentes necesidades alimenticias. Incluso a las más
específicas. A todos aquellos viajeros que por cuestiones de salud,
de religión o de edad deban limitar su dieta durante las vacaciones,
se les proporciona menús adaptados a sus peculiaridades. En todos
los cruceros se ofrecen, por ejemplo, menús infantiles y platos
confeccionados a conciencia para resultar lo más atractivos posibles
a los ojos de los niños. Sobre todo teniendo en cuenta que el
crucero es una opción turística tradicionalmente familiar, en la
que los niños suelen representar un porcentaje bastante alto del
pasaje. Para las especificidades que tienen en cuenta las cocinas de
los cruceros no se centran sólo en los más pequeños. Royal
Caribbean, por poner un ejemplo, ofrece una amplia gama de productos
Vitality, bajos en grasas y diferentes opciones dirigidas a los
vegetarianos.
Además
proporciona alimentos kosher (la comida tradicional judía) siempre
que el pasajero que lo requiera lo solicite antes de zarpar del
puerto de origen. Una tendencia que cada vez se impone más entre las
compañías de cruceros, sobre todo en los que han sido puestos en
marcha más recientemente, como el Fantasía de MSC: “MSC Cruceros
ofrece en sus barcos dietas personalizadas y estudiadas especialmente
para los pasajeros que tengan necesidades alimenticias específicas.
Por ejemplo, se ofrecen menús para vegetarianos, para celíacos,
especiales para cualquier intolerancia a ciertos alimentos y también
para niños”.
Cruceros
enogastronómicos, la última moda
Tanta
importancia tienen la restauración dentro de la oferta global de un
crucero que a alguien se le acabó ocurriendo una gran idea: diseñar
un crucero en el que el principal leit motiv del viaje sea,
precisamente, el descubrimiento y el disfrute de las diferentes
gastronomías. En la mayoría de casos se trata de una serie de
actividades relacionadas con la gastronomía y coordinadas por los
propios jefes de cocina de los buques, que se van organizando a
bordo. Desde clases de cocina a conferencias, hasta cata de vinos,
una modalidad que se ha puesto muy de moda últimamente con el auge
de la enología y del enoturismo. En otros casos, aprovechando la
libertad que otorga el viaje por mar y el fácil acceso a puertos y
ciudades lejanos entre sí, se diseñan trayectos con paradas en
lugares con un especial interés enogastronómico, en los que se
organizan excursiones y visitas guiadas, ya sea a restaurantes,
bodegas, lonjas... Una de las empresas que más está experimentando
en esta dirección es MSC, que tienen un crucero específicamente
orientado a la enogastronomía con una fuerte aceptación entre sus
clientes: “Ofrecemos un viaje por la gastronomía italiana e
internacional. Los cocineros a bordo de los barcos de MSC van
revelando a los pasajeros cómo preparan sus fabulosos platos.
Mientras tanto, los camareros proponen degustaciones de vino y
recomendaciones sobre cómo combinarlos, y los expertos en protocolo
explican las reglas del saber estar en la mesa”, explica el
director comercial de MSC Cruceros. En una línea parecida, la
compañía también tiene en funcionamiento otros cruceros temáticos
como el Sabor Bio, en el que se realizan conferencias y cursos de
cocina a bordo con la finalidad de enseñar a los clientes cómo
vivir de una manera más sana y cómo alimentarse mejor. MSC incluso
propone una tercera alternativa ligada al mundo de la gastronomía,
la línea Bienestar, unos cruceros en los que se intensifica la
oferta de spa y en los que se insiste mucho en orientaciones
dietéticas saludables.
Orientadas
más directamente al mundo del lujo, se pueden encontrar compañías
internacionales como Silversea, que suele tener en su catálogo
diferentes cruceros temáticos dirigidos exclusivamente al mundo de
la gastronomía y de la enología. Se trata de una línea denominada
Culinary Arts Voyages, una serie de viajes en el que los pasajeros
pueden degustar diferentes aspectos de la alta cocina. En este caso,
se utiliza una carta de vinos de gama muy alta, y la cocina va a
cargo de cocineros poseedores de estrellas Michellin y
representantes de diferentes tendencias gastronómicas. Silversea, de
cualquiera modo, es una empresa centrada específicamente en clientes
de muy alto poder adquisitivo. En cambio, otras compañías con
propuestas más económicas, como por ejemplo Pullmantur, todavía no
se han decidido a organizar cruceros tan específicos, pese a que
admiten que la promoción de la gastronomía es una de las opciones
de futuro con más proyección en el mercado.
Fuente:
Mireia
González







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